
Se posó en mi mano y sentí como si se comunicara conmigo.
Me hablaba desde sus diminutos ojitos oscuros.
Creo que quería llorar conmigo, tal vez venía a mi a consolarme, a hacerme ver que tenía que seguir adelante y no caer en el abismo del dolor. Pero me sentía tan desgraciada, que ni la hermosura de su plumaje, ni esa mirada frágil, me podían hacer olvidar la frase de aquel doctor una hora antes en la consulta.
- Tengo malas noticias...tienes leucemia.
No eran malas noticias, eran las peores noticias que podían darme, sobre todo cuando me explicó que no tenía ya demasiado tiempo de vida.
Quiero pensar con rapidez, pero nada viene a mi cabeza. Necesito saber en que quiero gastar mis ultimos dias de vida.
No quiero que mi hija se entere, ni mi madre, ni mi hermano. No quiero decirle a nadie que me voy, prefiero irme sonriendo y no ahogarnos en lágrimas antes de tiempo. Que los días que vivamos juntos sean inolvidables, pero de bonitos.
-Mamá está sonando el teléfono!!!
-Diga.
-Le llamo de la consulta del doctor Morán, no se retire por favor, ahora se pone el doctor.
Ya no tienes que asustarte, pensaba, que más te puede decir? ya no podría ser peor de lo que había escuchado antes.
-La llamo personalmente, porque tenemos que repetir las pruebas. La enfermera nueva a mezclado algunos historiales y me temo que pueda haber algún error.
Era eso tal vez una esperanza? Me dió por pensar en el pajarillo que se había posado en mi mano...igual venía a decirme que no me preocupara, que aun no estaba todo hecho.
Dos días más tarde, cita de nuevo con el doctor para saber los nuevos resultados. Entré en la consulta con tal nudo en la garganta, que no era capaz de articular palabra. Le tendí la mano a modo de saludo y su cálido apretón me lo dijo todo.
El hombre ya de unos sesenta años, tenía el rostro serio, estaba pálido diría yo. Se le notaba que no sabía por donde empezar.
Saqué fuerzas de flaqueza y con un hilillo de voz que ni me parecía mia, le dije:
-Doctor, acabemos con esto de una vez. Nada podrá ser peor que lo que me dijo ya hace dos días.
Creo que se sintió violento cuando dos lágrimas corrieron por su cara, pero las dejó caer sin ocultarlas. Era mi médico desde hacía muchos años. Me conocía tan bien!!
-Los análisis anteriores que dieron como resultado la leucemia, estaban bien. Confiaba en que la enfermera nueva se equivocara, pero no ha sido así. Te quedan solo 3 meses, como mucho cuatro.
Cuando salí de la consulta, me sentí libre. Tenía ganas de sentir el aire en mi cara. Ojalá pudiera volar.
Pensaba en el pajarillo. No podía pensar en nada más que no fuera el.
Dentro de tres meses estaría volando con el.