Seguidores

martes, 30 de noviembre de 2010

Posado en mi mano


Se posó en mi mano y sentí como si se comunicara conmigo.
Me hablaba desde sus diminutos ojitos oscuros.
Creo que quería llorar conmigo, tal vez venía a mi a consolarme, a hacerme ver que tenía que seguir adelante y no caer en el abismo del dolor. Pero me sentía tan desgraciada, que ni la hermosura de su plumaje, ni esa mirada frágil, me podían hacer olvidar la frase de aquel doctor una hora antes en la consulta.
- Tengo malas noticias...tienes leucemia.
No eran malas noticias, eran las peores noticias que podían darme, sobre todo cuando me explicó que no tenía ya demasiado tiempo de vida.
Quiero pensar con rapidez, pero nada viene a mi cabeza. Necesito saber en que quiero gastar mis ultimos dias de vida.
No quiero que mi hija se entere, ni mi madre, ni mi hermano. No quiero decirle a nadie que me voy, prefiero irme sonriendo y no ahogarnos en lágrimas antes de tiempo. Que los días que vivamos juntos sean inolvidables, pero de bonitos.
-Mamá está sonando el teléfono!!!
-Diga.
-Le llamo de la consulta del doctor Morán, no se retire por favor, ahora se pone el doctor.
Ya no tienes que asustarte, pensaba, que más te puede decir? ya no podría ser peor de lo que había escuchado antes.
-La llamo personalmente, porque tenemos que repetir las pruebas. La enfermera nueva a mezclado algunos historiales y me temo que pueda haber algún error.
Era eso tal vez una esperanza? Me dió por pensar en el pajarillo que se había posado en mi mano...igual venía a decirme que no me preocupara, que aun no estaba todo hecho.
Dos días más tarde, cita de nuevo con el doctor para saber los nuevos resultados. Entré en la consulta con tal nudo en la garganta, que no era capaz de articular palabra. Le tendí la mano a modo de saludo y su cálido apretón me lo dijo todo.
El hombre ya de unos sesenta años, tenía el rostro serio, estaba pálido diría yo. Se le notaba que no sabía por donde empezar.
Saqué fuerzas de flaqueza y con un hilillo de voz que ni me parecía mia, le dije:
-Doctor, acabemos con esto de una vez. Nada podrá ser peor que lo que me dijo ya hace dos días.
Creo que se sintió violento cuando dos lágrimas corrieron por su cara, pero las dejó caer sin ocultarlas. Era mi médico desde hacía muchos años. Me conocía tan bien!!
-Los análisis anteriores que dieron como resultado la leucemia, estaban bien. Confiaba en que la enfermera nueva se equivocara, pero no ha sido así. Te quedan solo 3 meses, como mucho cuatro.
Cuando salí de la consulta, me sentí libre. Tenía ganas de sentir el aire en mi cara. Ojalá pudiera volar.
Pensaba en el pajarillo. No podía pensar en nada más que no fuera el.
Dentro de tres meses estaría volando con el.

15 comentarios:

  1. UN relato muy triste Montse. Me engañaste, pensé que las pruebas estaban cruzadas y te reconozco que me decepcioné al saber que no fue así. Espero que esos tres meses de vida ella los goce en familia y se vaya en paz con todos.

    Besos.

    ResponderEliminar
  2. La vida no siempre nos da finales felices Antony por eso tenemos que vivir cada dia como si fuera el último. El siguiente relato será el que prometí. Besosssss

    ResponderEliminar
  3. Hay heridas que todavía no están curadas, se me saltan las lágrimas solo de recordarlo, escribes muy bien.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  4. Si tuviera algo incurable o si sabría el tiempo que me quedara hasta dejar al mundo, lo mas difícil se me haría decírselo a la persona que mas quiero y la que mas me quiere, mi mujer. Un buen pero triste relato. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Ainsss perdoname Jose Antonio, no era mi intención ponerte mal. Un besazo super fuerteeeee

    Sheol yo creo que si pudiera evitarlo, no diria nada, mi hija no se merece sufrir y lo demás...a quien iba a decirselo?Besos

    ResponderEliminar
  6. Pienso como tú, la vida hay que vivirla comos si se te fuera a acabar mañana, porque la verdad és que no lo sabemos.
    En cuanto a quien se lo ibas a contar, que a quien le importa, pues a mí me importaria mucho, porque perderia a una buena amiga, tambiém me parece que escribes muy bien.
    Lo que haría yo si me dieran una noticia así y la salud me lo permitiera sería viajar al lado de la persona que más quiero, mi marido, porque és la cosa que más me gusta.

    ResponderEliminar
  7. Montse,el relato muy emotivo y yo también estoy contigo,la vida hay que vivirla en el momento y en el presente¡¡¡
    A cuaqnto a lo que me preguntabas de mis quajaditos,el carcamomo lo encontrarás en la herboristería y Las tentaciones de Eva esta en la cadena la sexta 2 y lo ponen por las mañanas bien tempranito y lo hacen de lunes a sábado.
    Un beso mi niña.

    ResponderEliminar
  8. Maica ya se que te importo, corazón pero precisamente a los que te importan de verdad quieres verles sonreir, no llorar. Gracias por ser como eres conmigo...MI AMIGA. Besazosss

    Ague muchas gracias por tu información y como tenemos razones para vivir el dia a dia ... quiero probar esos quajaditossss!!! Un besote wapisima

    ResponderEliminar
  9. Escribes muy bien,pero para variar danos alguna alegria no solo de chistes,yo no esperaba que las pruebas estuvieran mal porque nos llevas en estos relatos de pena en pena y tiro porque me toca.
    Tendras comision con algun pichincologo para deprimirnos y cobrar comision,no se nose...
    Un beso y sigue asi

    ResponderEliminar
  10. En este blog desahogo mis penas y luego me voy a reir al otro...es pura terapia Jose Manuel, según el estado de ánimo, así salen los relatos. Pero bueno, espero que alguna alegría me salga aunque sea en medio de lágrimas. Un besito

    ResponderEliminar
  11. Triste y bonito relato. Me ecantan los relatos cortos. Te seguire. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  12. La muerte igual llega, para una vida hecha leyenda u otra hecha miseria. No hay final triste si la historia es bella. Porque no nacimos para morir sino para vivir, y la parca puede quitarnos la vida pero no lo vivido.
    Gracias por llevarme en tus letras a conocer una joven de alma tan pura, que los pajarillos no temen posarse en ella sabiendo que sus manos no saben de maldad.
    Niña hermosa que espera esos tres meses con la serenidad de los que tienen el alma sana y la conciencia en paz, pensando hasta el último en dar amor y ahorrar sufrimiento a los demás, soñando que en tres meses podrá volar como los pajarillos, (convertida acaso en ángel). Como quisiera meterme a tu historia y decirle a la bella joven: no tienes que esperar... ¡Ya eres un ángel!
    Por vez primera ingreso a tu blog, no soy un bloguero, aunque confieso me gusta leer pero soy un negado para escribir. Sin embargo siento que no puedo irme sin decir lo que tus líneas me hablan de ti.
    Solo un corazón limpio puede escribir una historia tan hermosa, y es que nadie puede escribir de lo que no sabe o de lo que no tiene y tú eres tan generosa que incluso lo compartes con este caminante que acaba de llegar a tu puerta.
    Gracias por compartir tu inspiración.
    ¡Saludos!

    Juan Carlos

    ResponderEliminar
  13. Cristelicious gracias por por tus palabras, Un abrazo también para ti.

    Juan Carlos no se por donde empezar a darte las gracias, gracias sobre todo por hacerme el honor de pararte a leer mi relato. Gracias por pensar que mi inspiración es digna de ser compartida.
    Me encantaría que siguieras participando de mis relatos y verte de nuevo por este tu blog.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  14. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  15. Me pongo hasta colorada con vuestros comentarios jajaja. Me explico, a veces pienso antes de publicar que para nada estoy a la altura de muchos de los que me leeis, que si soys auténticos escritores, escritores como tu Zarzal. Pero bueno, me sorprendo a cada comentario que leo y veo que os gusta.

    La enseñanza que has sacado de la historia es la buena pero no aprovechar cada día, sinó cada segundo de ese día. Esos segundos son tan valiosos y les damos tan poca importancia...

    Lo de la P.D.,eso ya no me atrevo a contarlo porque creo que te sonrojarias hasta tu jajajaja. Besosss

    ResponderEliminar